Hace cuatro semanas que estoy rodando cortometrajes para distintos grupos de escuelas de cine o de gentes más avanzadas, que se presentan a concursos, o sea, digamos, más profesionales. En total, entre cortos, videominutos, etc., tuve que jugar unas seis historias diferentes. Ahora, noten esto: en cuatro de ellas se trata de violencia doméstica, y del varón hacia la mujer. En uno solo se trataba de una situación política: tuve que hacer de un represor de la dictadura, que, oootra vez, torturaba y mataba a… una mujer -naturalmente, una detenida-desaparecida. La restante historia era sobre una pareja y sus distintos momentos de evolución, hasta la ruptura, este vez, no violenta (puf!). Como hubiera dicho Fabio Alberti: ¿qué nos pasa a los argentinos? ¿Eh?
Estos temas son graves, son reales y no hay respuesta ni personal ni social ni estatal para todos aquellos y aquellas que sufren violencia doméstica. Pero no son los temas centrales de la vida de todos los días de la mayoría de nosotros. Me parece que sí son los temas centrales que llenan la fantasía, la preocupación, lo que llaman el imaginario, por lo menos, de la gente joven que filma. ¿Alguien sabe por qué? Yo no sé, pero sé que si estuviéramos en los setenta también se trataría de violencia, salvo que netamente política, y no se la llamaría violencia sino lucha –dicho descriptivamente, y sin abrir juicios de valor-.
Ahora no hay política. ¿No hay política? Hay: la violencia familiar es un problema político. Pero el asunto es que ellos no lo ven así. Nunca, en ninguno de estos cortos, apareció tratado el tema de ese modo. Si el Estado interviene, si no interviene, si puede o no hacer algo, etc., eso no está en sus cabezas.
Yo no sé qué pensar, pero tengo un par de hipótesis: o bien la política ha perdido todo prestigio como lugar de resolución de conflictos, individuales o colectivos y entonces es la gente la que se corre de la política, o bien, lo cual sería mucho peor, ha ganado ya –o sea: no hay vuelta- un tipo de política consistente en no dejarse ver como tal. O sea, ha ganado la "normalización" de la política como "lo que hay", no como algo que podamos discutir. Entonces, qué discutimos, qué nos preocupa, sobre qué nos volcamos: sobre los problemas individuales. Pero resulta que esto se hizo siempre. La diferencia es que ahora, cuando se habla, en ficción, de problemas individuales, se lo hace mayoritariamente en términos de violencia, cuando si bien la hay y es grave, me parece que significa otra cosa: que la imposibilidad de pensar en lo político, la retirada del debate político a territorios desurbanizados del pasado, violenta desde arriba lo personal, lo individual; lo asfixia, y lo implota.
Lo que me queda como sensación es que todos estamos viviendo en una olla a presión. Hay un tipo de poder que todo lo ha invadido, tanto que ya no se lo ve por ninguna parte: sólo se ve lo personal, y lo personal violentado. La dificultad para ver encima de nosotros la gran tapa de la olla no es un dato menor: estamos, cada uno, encerrados en nuestras historias, hay violencia externa que no puede ser discutida ni apelada y entonces no vemos hasta qué punto la violencia del sistema político unificado es la que atraviesa y condiciona toda vida personal.
Me parece que me puse demasiado determinista, pero bueno, che: me hicieron pegar, tirar al piso, escupir, disparar armas de juguete, putear a lo loco y de arriba abajo, en fin, quedé medio tocadito (quedé, o ya estaba y por eso me llamaron?
domingo, 21 de junio de 2009
jueves, 11 de junio de 2009
Calles verbales II: 6:00 a.m.
Cielos de acero esperan
como una red
que la espalda desprevenida se despierte
Abajo en la calle
en las esquinas violentas de la calle
oímos las voces
que se juntan
a tejer otra red
de hilos lacerantes atando ojos
y manos tuyas dedos ventanas
neuronas mías oscuras hiladas caricias
El día entero hasta la noche
se nos dibuja como una trampa seca en la boca
como un idioma circular de lo ausente
jueves, 4 de junio de 2009
Calles verbales I: Ventanas
A la tarde aparecen señales de mundos desplegados hacia adentro
Distingo cuerpos ahí en las ventanas que miran al oeste
Brazos delicados trazan gestos para alguien
que no se ve
en las terrazas la ropa quieta espera que llegue la noche
De golpe
al respirar
el aire material estalla y se difunde
como una música de tejido incandescente
hace impacto
en cada átomo abandonado
a su rito molecular de vacío y potencia
Visita la sal implacable y las manos y la luz
quebrada que trabaja en el fondo de los ríos
Está acá y dice que todo es cierto:
cierta ahí cada casa quieta y cada uno de esos mundos
de gestos indescifrables
ahí cierta la plaza y el baile al atardecer
y ahí mañana agosto mundo
esa mujer cierta piel sedienta y cigarrillos negros
mundo aquel hombre escalas en una quena
hoy buscando algo del todo viril
agosto puro y doliente
mundo ahí mañana mujer postigos
cerrados y cortinas y que no con la cabeza
y mundo mañana hombre insistiendo
aquel en pensar cómo él
agosto arreglar el mundo
mundo ahí ya su cuerpo campo de batalla
y mañana queriendo que nadie
mundo vaya a salir herido ahí
mujer princesa destinada mañana a mejor suerte hoy
agosto nadie ahí con ella que entienda
mundo hombre hecho una roca de gritos
aquí detenida en la garganta.
Distingo cuerpos ahí en las ventanas que miran al oeste
Brazos delicados trazan gestos para alguien
que no se ve
en las terrazas la ropa quieta espera que llegue la noche
De golpe
al respirar
el aire material estalla y se difunde
como una música de tejido incandescente
hace impacto
en cada átomo abandonado
a su rito molecular de vacío y potencia
Visita la sal implacable y las manos y la luz
quebrada que trabaja en el fondo de los ríos
Está acá y dice que todo es cierto:
cierta ahí cada casa quieta y cada uno de esos mundos
de gestos indescifrables
ahí cierta la plaza y el baile al atardecer
y ahí mañana agosto mundo
esa mujer cierta piel sedienta y cigarrillos negros
mundo aquel hombre escalas en una quena
hoy buscando algo del todo viril
agosto puro y doliente
mundo ahí mañana mujer postigos
cerrados y cortinas y que no con la cabeza
y mundo mañana hombre insistiendo
aquel en pensar cómo él
agosto arreglar el mundo
mundo ahí ya su cuerpo campo de batalla
y mañana queriendo que nadie
mundo vaya a salir herido ahí
mujer princesa destinada mañana a mejor suerte hoy
agosto nadie ahí con ella que entienda
mundo hombre hecho una roca de gritos
aquí detenida en la garganta.
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