domingo, 28 de diciembre de 2025

Ahí donde termina la patria

 

Ahí donde termina la patria

hay una oficina sin sillas ni puertas.

Ahí donde termina la patria

Están los asesinos afilándose los dientes.

Ahí donde termina la patria:

están en patota saltando y bailando

Son los ciclistas de la city, y creen que no los vemos.

Ahí donde termina la patria

Hay festejos sangrientos: golpes y adoquines

y viejos que se desangran en el cordón de la vereda,

donde termina la patria.

Aquí donde termina la patria

queda lo que fuimos: no guardado ni enterrado ni en fotitos de papel:

descuartizado en una plaza, desmembrado en bolsas de consorcio, abandonado entre los yuyos de una estación de tren.

Ahí donde termina la patria

se apilan libros: historias que nos contábamos. Relatos de lo que éramos. Se apilan. Y las montañas son sordas. Son siempre sordas. Antes también.

Ahí donde termina la patria

cae rodando una camilla abandonada. Pasa de largo, cruza la avenida y se destroza contra un bondi.

Ahí donde termina la patria

hay un colchón tirado en la vereda. Y termina.

Ahí donde termina la patria

empieza el imperio del hambre.

No el juego, el imperio: sí, el juego del imperio.

Ahí donde termina la patria

gotean ríos, se arrastran animales moribundos, saludan perros no humanos.

Absuelven: todo lo absuelven.

Ahí donde termina la patria

están levantando una parecita: una sin cemento ni guía, muy bajita: para tropezar al irse.

No nos van a dejar

Ahí donde termina la patria

interminablemente

se tortura y se desaparece y se.

Ahí donde termina la patria

se termina la palabra. Se desarma la mirada.

Se vota el final. Y se celebra.

Damián Grimozzi (diciembre, 2025)