Salgo al patio de atrás, donde enterramos los libros.
Cautiverio. Agotamiento. Retomo el recodo
que lleva de vuelta
a los lugares del dolor conocido. Hay algo.
No sé lo que llevo conmigo, pero hay algo conmigo,
además de mi peso, muerto, algo que mata y pesa.
No soy yo: lo porto.
Vuelve conmigo a las regiones de lo inconcluso,
Se adhiere a lo aferrado, a lo noqueado:
Huele como huele la humedad entre los ladrillos fríos.
Llevo conmigo manos que asfixian.
Presto pies lacerados a las baldosas celestes.
Buenos Aires, 20 de junio de 2017
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