Eso cayó del cielo. Posta, eh? Se había llovido todo y a la nochecita, cuando paró, lo vi. No era un cacho de hielo, ni un cacho de granizo. Y se estaba desintegrando. Lo fotografié, en lugar de mirarlo tranquilamente, porque somos así: devoramos en lugar de dejar ser lo que tenga que ser.
Eso puede haber sido cualquier cosa, nunca voy a saber qué. Lo toqué, claro. Era gelatinoso, pero no pegajoso. Era blando, pero a la vista parecía un diamante.
Qué hizo el tano bestia: lo dio vuelta, lo rompió sin querer, y después queriendo, como un chico que no sabe cuidar un juguete y, ante la inevitabilidad del daño, hace un juego del daño mismo. Y le saqué mil fotos, claro: me puse en geólogo trucho, hice la mueca completa del acabado investigador –y muy al pedo, porque estaba solito en mi terraza; y muy "acabado"-. Lo peor fue que al día siguiente no sólo no estaba eso sino que no había ni rastros. Y nadie había subido a la terraza salvo yo.
Puedo pensar hoy que eso nunca existió. Pero brillaba anónimamente, tranquilamente; no dejaba de aparecer en las fotografías –o sea, no era como Drácula, digamos- y encima yo lo destrocé, en mi entusiasmo científico –dicho sin ninguna ironía-, así que existir, lo que se dice existir, eso existió. Si uno no fuera un bicho posmoderno, o quizás groseramente cartesiano, sacaría toda clase de conclusiones, pongamos místicas, metafísicas, etc., o no sacaría ninguna conclusión: ni ninguna foto. Pero no: ante lo que no entendemos, lo único que sabemos hacer es registrar, medir y disecar. Porque lo que no entendemos no nos maravilla: nos inquieta, porque nos interpela. Nos cuenta que en realidad tampoco nos entendemos a nosotros mismos, ni nada de nada. Entonces, reaccionamos igual que con nosotros mismos: registramos, medimos y disecamos. Y a la mañana siguiente, todo tranquilo, todo "normal".
Pero ¿qué carajo era eso?
8 comentarios:
No sé. ¿Un aguaviva voladora? ¿Una flema galáctica? ¿Un mundo mejor en proceso de laboratorio?
Ché, hablando de todo un poco, ¿cómo anda la vecina tuya que tiene el negocio donde vende tortas de gelatina? ¿Sigue casada con el tipo ese que era campeón de lanzamiento de martillo? Qué pareja más rara...
Von Eisberg: si era lo primero, te juro que no picaba; si lo segundo, debemos suponer que el cosmos tiene nariz, o que el mundo es, no UN pañuelo, sino EL pañuelo de dió. Y si era lo segundo, lo lamento: lo hice pelota.
Ahora, pensemos en tu propuesta más seria e interesante. Efectivamente, escuché una discusión, con la lluvia de fondo, proveniente del negocio de gelatinas "Galaxy", y les pedí que se callaran, que no podía oír la lluvia... Claaaa, ahora entiendo todo.
Iba a decir que podía ser resina, pero me convence mucho más la idea de que sea una medusa voladora
saludos
che la última es re-escatológica...jajaja
escuchando 02 Vueltas y Vueltas Alrededor del Sol\VOX DEI\En Vivo La Nave Infernal
che la última es re-escatológica...jajaja
escuchando 02 Vueltas y Vueltas Alrededor del Sol\VOX DEI\En Vivo La Nave Infernal
Bustrofedonia: Gracias por pasar! Sí, la verdad es que no es presumible que sea nada extraterrestre ni místico. Se trata de algún material que mi ignorancia no aclanzó a identificar. Pero daba pie para cualquier conjetura; incluida una medusa voladora. Salvo que si hubiera sido Medusa, yo debiera haber quedado hecho piedra.
Un saludo.
Iluso: la última qué? foto? comentario? interpretación propuesta? Pará un poco con el laconismo extremo, che. a veces no se te entiende una goma (o una resina?)
es parte de mi encanto...jajaja, me refería a ala última foto..che...a buen entendedor...o no???
Publicar un comentario