martes, 27 de enero de 2009

De cómo se licúan los conceptos

Los tanos se juntaron a fines del siglo XIX para apoyarse mutuamente en un país que, aunque les había abierto las puertas (el puerto, en realidad), todo lo demás se lo cerró en las narices: no hubo tierras para ellos –y los que vinieron sólo sabían trabajar la tierra-, no se les dejó seguir hablando su idioma, se los execró por "gringos", y se les negó toda participación política.
'Tonces, como de política sí sabían, armaron cosas como ésta:




Peeeero, como decía Oscar Terán, la modernidad es una aplanadora que todo lo homogeneiza, lo iguala para abajo y lo pone como mercancía. La beneficencia, el beneficio ahora es para los empresarios que manejan la medicina privada. La leyenda sigue ahí, en la parte vieja del hospital, pero su concepto es otro.
Hace nueve años que, quien suscribe, para el caso de hoy, el tanito calentón, se asoció al Hospital Italiano. Hace diez años que tengo que discutir cada cosa, en el lugar que debería contenerme.
Capítulo de hoy:
Sugerencias del chef.

Voy, hoy, recién, a hacerme una audiometría (la primera, y serán muchas. Lo único que me consuela es fantasear que soy Gil Grissom). Me habían dado un turno y un papel donde decía que debía pagar, por todos los estudios, $28 + iva. Me arrimo a la enoooorme mesa de recepción y presento mis papeles.

Administrativa: Le dieron mal el precio, eh?
Tanito - ¿Cómo?
Adm. - Para todo lo que tiene que hacerse son $ 56. Eso es lo que tiene que abonar.
Tanito - No. (la mina me mira por primera vez) No es lo que dice ahí.
Adm. - Mire, acá pide el Doctor, no dos sino cuatro "supraliminares" (una parte de los estudios)
Tanito - ¿Y? (hago una pausa teatral, estudiada. Ahora me mira francamente sorprendida) A ver. Cuando yo vine a ver al Doctor, me dio estos análisis para hacer. Pasé por acá, y una compañera tuya me dio este papel, que dice que, para todo eso, tengo que pagar $ 28. Y es lo que voy a pagar, y esos son los análisis que me voy a hacer.
Adm. - Yo no lo puedo habilitar si no me paga lo que corresponde.
Yo: Justamente lo que corresponde es lo que hemos arreglado: yo acepté ese precio, no otro. (larga pausa) Consultá con tu supervisora, porque este problema no lo generé yo.
Adm - (ya se imaginan la respuesta) Mi supervisora no está.
Tanito (ya muy caliente) - Yo sí estoy, y me tengo que hacer esos análisis. Consultálo. Voy a esperar acá.
Habla con otra, que le dice que hable por tel. con la jefa. Mientras, yo estiraba la mano por encima del mostrador y le aplastaba el índice en el "papelito", diciendo:
Tanito - A ver si nos entendemos mejor: esto es un documento del Hospital Italiano, no es una sugerencia del chef, sujeta a cambios sin previo aviso. Es un contrato. Yo acepté ese arancel, y no voy a aceptar ni otro ni que no me hagan los análisis.
Adm. - (que, de pronto, se da cuenta y sale de su alienación) Mire, yo entiendo que no es un problema suyo, pero tampoco mío, déjeme consultar.
Tanito - Me quedo acá, esperando.

Me dieron el pase a audiometría por los 28 pesos, con lo cual ahora puedo estar acá escribiendo, y no en Reclamos armando quilombo. Pero cada vez que tenés que ir, ya sabés que es para pelear.
Lo que más bronca me da es la microfísica del poder. Porque uno no sabe a ciencia cierta quién es quien está sosteniendo la maquinaria: si este ejército de alienados y alienadas que se ponen la camiseta de una empresa sin recibir nada a cambio, o los garcas de arriba, que por lo menos, saben que son garcas. El sistema vive de la enfermedad de los demás. Pero ¿qué o quién es realmente el sistema? Nada podrían hacer los directivos, en este caso, sin la connivencia de este ejército de alienados, muchas veces descendientes de italianos (Esta chica que me atendió, de hecho, tiene apellido italiano, como me lo mostró su identificación personal colgada de la teta izquierda, la cual –la identificación, no la teta- procedí a anotar en mi libretita maldita, ya camino a Reclamos), que no se dan cuenta del poder que tienen. O sea, chicos, Nietzsche dijo muchas boludeces y muchas genialidades. Una de estas últimas es que nadie mandaría si no hubiera gente dispuesta a obedecer.
Ya sé que lo que cuento es una boludez. El tanito ha sufrido y protagonizado, en muchos casos con mucha peor suerte, otros episodios más graves. Pero me dije: para qué tengo un blog? Y bueno, también para esto: para darle voz al tanito calentón de vez en cuando (pobrecito, no sabe el escrache que le espera).

3 comentarios:

ade dijo...

- Hace años cuando no había tanta medicina (negocio)privado, y los malditos laboratorios no cotizaban tan bien en bolsa, no nos enfermabamos tanto. Cuando mi hijita tenía tres años hubo algo que me llamó la atención, primero aparecio el NOPUCID y al mes los colegios inundados de piojos. Un gusto leerte y espero que la pxima te la hagan mas facil. Ade

damian dijo...

Ade, gracias por pasar y leer. El negocio de los medicamentos es siniestro, realmente. Uno, obviamente, pobre piojo del mundo, no tiene las pruebas. Pero pasan cosas muy, pero muy llamativas. Por ej., cuando apareció el SIDA, muy rápidamente aislaron el virus...Pero, como el siguiente paso fue el cocktail de AZT, etc., y eso vende muy bien, oh, casualidad, la vacuna no aparece. Y son los laboratorios, los que financian las investigaciones. Ni hablar de lo que hicieron con los precios en 2002, corralito de por medio. De eso sí que tenemos evidencia: los grandes laboratorios actuaron como criminales.
Pasaré por tu blog!

el_iluso_careta dijo...

la medicina es una de las tantas mafias que tenemos que soportar...