No voy a decir nada que agregue nada al primer post. Toy pensando nomás, y en estos casos, agarrar y desplegar un término-concepto puede servir, a ver qué pasa.
La palabra red tiene en realidad dos significados muy distintos. Por un lado, siempre se usó para aludir a todo objeto que deja pasar algunas cosas y no deja pasar otras, como la red de pescadores o la red de una cancha de tenis -que deja pasar la luz, o sea, no deja pasar la pelotita pero permite ver qué va a hacer el rival con la misma, digo, la pelotita), etc.
Por otro lado, red es todo sistema de conexiones múltiples. Antes de Internet, ya se decía, obviamente: hay una red de seguidores de P, o hay una red de espionaje internacional; o las neuronas constituyen una red, etc.
¿No se nota que hay como dos direcciones opuestas en el concepto, pero que parecen únicas? La primera dirección implica limitar, restringir, atrapar de manera astuta; la segunda, desplegar contactos con un fin de contención o de comunicación interna o externa, o de acción colectiva.
Me parece que lo que vivimos con Internet, MSN, celular, Facebook (un paso que no creo que dé), etc., etc., es como caminar sobre una cuerda floja a gran altura (o a ninguna: flotando en el éter), mientras debajo están "las dos redes": podemos caer en una o en la otra, o en ambas.
No. Me equivoco. Por caer en una, si no lo manejamos conscientemente, caemos en la otra. Sí, hay redes de comunicación, no sólo de contacto, ponéle. Pero ¿y todo lo que queda afuera, todo lo que no está conectado, todos los que no pueden o no tienen cómo manejar una compu, y toda guerra material, todo hambre real? Al estar conectados, para contenernos, macanudo, lo dejamos afuera y, peor, NO PASA, no ocurre, porque no está en la red. Me dirán: sí que ocurre, andá y velo. No tengo tiempo, che: tengo que contestar un post y me están invitando a una sesión de mesenyer, y aparte, ya lo vi en iu tub y dije algo (o sea, cliqueé: listo, fue).
Como todo tiene un paso dialéctico ahí agazapado, no por nada me olvidé del tercer paso: una red es algo que arrastra al mismo tiempo que es arrastrado. Somos arrastrados a nuestras sillas, o sea, somos empomados en nuestras sillas, y arrastramos a la red a empomarse a sus sillas. Pero NO ES mecánico: mentira. Cliquear es un acto voluntario, depende de una decisión. Y dejarse empomar pasivamente o en cambio mover la red, ampliarla, darle poder, también.
Atentti: los servidores, los programadores, nos están dando una incontable serie de falsas identidades: imágenes, perfiles, comentarios, datos, etc. Eso nos hace sentir que ya está, que existimos. La trampa: existimos en sentido total, si nos agarramos de eso. Y la existencia es parcial, incierta, abierta. No somos lo que mostramos. Somos lo que hacemos.
Lástima que, después de tanta palabra, no sepa responder o sugerir siquiera qué podemos hacer. Sólo puedo recomendar, para seguir pensando, Los desposeídos, de Ursula Le Guin. El texto de política en forma de novela más fuerte que leí en mi vida.
16 comentarios:
(oh, que chiquito el formulario para comentar)
Algunas cosas...
primero el final (si, todo al revés), a cambio recomiendo Vida líquida y Amor líquido, sobre todo el último, que habla de la fragilidad de los vínculos humanos hoy, entre redes y redes. Casualmente.
Y ahora el tema red, cosa que pienso muy seguido desde hace un tiempo, porque si, porque me pregunto qué, dónde, cómo y para qué mientras me asumo, pasivamente como decis, sumida en esta maraña de cosas. Entre las ideas que escribís de red, yo veo otra, una sola. La red: diluye.
En el primer caso (la de pescar, la de tenis, de esas) se diluye el límite, lo que debería ser opaco no lo es, permite ser atravesada, no se presenta como un límite, porque no se percibe como tal a la vista, y sin embargo atrapa. La otra red es esta, donde vos escribis, yo leo, y viceversa. Esta red también diluye, como decís más abajo. La característica de esta, pienso, es que se anula una manera única de llegar a un punto. Si querés encontrar a alguien podés hacerlo de muchas formas, hay iutub, 'conversaciones' por chat, emails, y cualquier otra ficción de comunicación. A mi entender es una red de contactos, que se confunde facilmente con la idea de comunicarse. El tema es largo, abarca mucho, justamente por ser red, por ser muchísimos puntos unidos de muchísimas formas.
No se pueden cortar las infinitas uniones, y sin embargo diluye también. ¿qué? ese contacto con la realidad del que hablás. La distancia que tomamos de todo lo que queda por fuera de ella, individualidades y personalidades incluidas. Lo que no pertenece a la red parece no existir, porque es como un manto, que nos abarca y nos separa de la antigua manera de llegar a las cosas directamente: estando ahí.
Tampoco sé donde está el límite entre lo nocivo de esta concepción de todo-el-mundo-es-red, y la exclusión que genera al mismo tiempo. Lo único que tengo en claro es que de todas formas no tiene el peso de la realidad, es global pero liviana, como la voluntad del click que te lleva a otra (aparente) realidad.
Creo que dije la mitad de las cosas que pensaba mientras leía. Espero que se entienda algo, jejeje.
Te sigo leyendo.
Saludos.
Hola, Luna! Gracias por pasar por el blog. Sí, el tema es re-denso y a la vez, re-liviano, como decís; imposible de agarrar, como todo lo líquido de la modernidad.
Otro choque entre "realidad" y red: yo había leído a Bauman (típico de facultad) en fotocopias de algunos capítulos. Como tanto anda circulando, ayer me calenté y gasté plata, que no me sobra, y me compré: "Modernidad líquida", "Modernidad y Holocausto" y "Miedo líquido". Tu recomendación virtual me llega ahora, que la plata voló –por el mundo real-. Pero llega –lo que no vuelve son los billetes, a los que (da para otro post: seguramente detrás de todo esto que discutimos está vigente el viejo concepto de mercancía marxiano) se les dice dinero "líquido"-.
Estoy de acuerdo con que la red diluye; releo lo que escribiste y pienso los términos: de acuerdísimo con que la red, en virtud de su multiplicidad, diluye la manera única de llegar a un punto –además, es consustancial con la idea de red-. Y también estamos de acuerdo en que se diluye la comunicación en mero(s) contacto(s). Pero me pregunto y te pregunto: esto que estamos haciendo en este instante (o cadena de instantes virutales?) ¿es mero contacto? Yo copié tu comentario en una página de guord para pensarlo mejor y tratar de no escribir boludeces; digo, es un signo de que estoy respetando tu palabra, o sea en este punto, tu otredad, tu subjetividad, se me presenta ahí, no sos un clic. Después, claro, la red me permite siempre –como dice Bauman- hacer yo clic y desaparecer. Digo, pensando en lo que decís: al multiplicarse las maneras de llegar a un punto (un sujeto), se diluye simultáneamente la fuerza del encuentro personal. Por eso yo aludía a Lévinas hace unos días: la otredad del otro sólo me la puede dar su presencia física que se me impone como inapelable, e interpela mi realidad corporal, humana, in-virtual, si querés, y, dice Lévinas, me obliga. Me obliga a un único punto, decís vos, a la no dispersión: el Otro está realmente ahí, siendo bombardeado, perdiendo un hijo, soportando un trabajo que "le chupa lo mejor que tiene", esperando lo que nunca llega, recibiendo lo que no espera, etc. Entonces, vuelvo a tu texto, si podés encontrar a alguien de muchas maneras, no lo encontrás nunca en realidad, porque es SU INTERPELACIÓN, la que se diluye, se hace líquida -y, por reflejo dialéctico, yo me hago líquido. No puedo ni siquiera interpelarme a mí mismo.
Yo tampoco sé dónde está el límite y la nocividad de esta red global. Lo que sé positivamente es que, desde afuera de la red, no podía pensarlo. Por eso me metí de vuelta. A los tumbos, ya sé: no sólo no sabía que el cuadrito para comentarios era estrecho; recién Cecil me avisó que tengo mal linqueado el blog de Caro; en fin, voy entrando de a poquito, y trato de mantener firme (como si algo firme pudiera haber) una actitud crítica.
Nos seguimos leyendo!
P.D.: Che, no aflojes con "Existe todo", que está rebueno! Es una combinación de lo verbal y lo visual muy creativa, y es algo diferente (sí, bueno, ya sé: sólo en la red y su liquidez…)
Qué curioso, yo también escribí el comentario anterior en Word para no decir estupideces chiquititas en el poco espacio (no casual) que hay para comentar en estos ciber lugares. Muy atentamente leí tu respuesta y ahora trato de responder igual de atenta, pero con un poco más de sueño. Si, si, en Word.
A mi Bauman me llegó a las manos sin querer, no sé en qué facultad lo leen, pero merecen un aplauso por no aportar a la modernísima ficción. (también pensé cuando lo compré en lo de la liquidez del dinero, y en la paradoja que significa que el dinero líquido es la existencia real de capitales que, en otro nivel más de abstracción, existe menos que ese).
No tengo idea de qué estamos haciendo en este instante, je, en realidad no sé qué nombre ponerle. Mi comentario anterior terminaba con una pregunta así, pero la borré porque no tengo respuesta y porque redundaba entre tanta explicación de las redes. Muchas veces pienso que tener un blog, expresarse así (aunque de una extraña y breve manera, con suerte, se llegue a comunicar algo, pero lo innegable es que uno se expresa) decía, es como hablar en voz alta caminando por la calle. Te escucha el que pasa por ahí, pero no le hablás directamente, es una especie de espectáculo presenciado por tantos anónimos que existen y a la vez, por nebulosos y a-personales, muchas veces son nadie. Pero después pensaba en lo que leo cuando estoy acá, en los vínculos que nacen de esta nueva manera de ‘expresar’ y como eso, de una manera liviana, puede ser, queda en la mente de quien presencia este acto de expresión. El tiempo que eso dure, es consecuencia de cuánto hayas buscado lo que encontraste, cuanta concentración le dedicaste y sobre todo, cuánto tarda algo parecido a esto en aparecer y desplazar lo anterior (justamente por no tener presencia corporal que te obligue a...nada). Si permanece, si no se diluye en la cantidad, deja de ser un click, y lo efímero queda anclado en algun lugar de las personas con una semipresencia que pertenece a una elección, por haber recibido algo y devolver en correspondencia a eso, al menos, unas cuantas palabras. En ese punto, la a-personalidad se desdibuja un poco. (En algún punto, es como tratar de recodar una cara que viste en un transporte público, el impacto de eso, es inimaginable, aunque tienda a cero, no se puede saber.)
Después se me ocurre comparar con los amigos por carta que la gente de muchas generaciones atrás, tenía. Personas que tal vez nunca se vieron pero se escribieron toda la vida, que tenían información de ese otro sin cuerpo ni voz, pero que les era familiar, de alguna manera. Es una analogía ridícula hoy, no sé por qué pensé en eso, ni qué hago escribiéndolo ahora, pero de todas formas, se me ocurre que esto no es más que el extremísimo extremo de cosas que existían, aunque ahora en su magnitud, sean casi desconocidas.
Este tipo de cuestionamientos (sumamente interesantes) chocan contra lo mil veces estudiado y escrito, en cuanto a vínculos humanos, otredades, etc. En esto no hay parámetros, no hay historia ni antecedentes de una visión tan mega del mundo (Google Earth!) de de esta cantidad de expresiones personales, libres, sin cuerpos intermediarios, lejanas, fragmentadas, disminuidas por la cantidad, pero que de alguna manera (hay que ver qué manera) ahí están. Lo difícil es poder saber ahora, sobre el mismo camino que se cuestiona, cuánto pesa este nuevo suelo. O si es tal cosa. Cada vez lo dudo más, leo más, menos claro me queda, pero por suerte, me hago preguntas, por suerte, no soy la única, por suerte, alguien responde.
Quizás haya que inaugurar el concepto de semisujeto y dotarlo con la mitad de las características de los que conocemos hasta hoy. La verdad, no lo sé, ni puedo saberlo, porque lamentablemente derroché años de estudio en la arquitectura y en este caso solo me sirve para tener blogs, jajaja.
Muchas gracias por tus apreciaciones sobre existetodo =)
Pienso en términos gráficos cuando no hay por qué hablar, me gusta mucho. (sería una alegría líquida, ponele).
Bueno, Luna, no sé por dónde empezar –y eso que seguimos tranquilitos con el guord-.
Primero: claro que no es casual que el espacio para comentar sea chiquito! Una vez leído, recordé que eras vos la que pusiste –recién entré a tu blog y lo corroboré-: "que alguien me diga que tiene sentido hacer esta lista", con referencia a los "intereses". Releí tu comentario de acá, me fui a hacer cosas a la calle real, y pensé, mientras caminaba -sí, hablando solo-, que, si te distraés un poco nomás, te formatean la identidad. Pensemos cómo está hecho un blog (no entiendo nada todavía de feisbuk o de flogs), o el perfil de msn: foto tuya y datos prediseñados: intereses, libros, películas. ¿Quién dijo que así nos queremos presentar todos ante los otros? ¿De dónde proviene este "formato"? Y la calle es iluminadora: ¡del formato clásico del levante! No el que tiene lugar cuando alguien te interesa y te acercás, como podés, equivocándote por los nervios, diciendo cualquier cosa porque se te trabuca la lengua ante la conmoción que esa persona te provoca, no, porque todo eso no es ni fue nunca levante. El levante, ya lo sabemos, es una serie de acciones estereotipadas, una que lleva a la otra, en un crescendo calculado y eficiente para terminar en la cama. Todo bien con usar el Blogger para conocer gente. Es lo mismo que antes, pero con herramientas nuevas. La cuestión es que, justamente ya desde antes, el levante a secas no involucra comunicación alguna. Ni tiene que involucrarla. Esos pasos garantizan, justamente, que sólo habrá sexo. Bien. Coger por fibra óptica, corregime si me equivoco, como poderse, todavía no se puede. ¿Entonces? Entonces, me parece, lo que estos perfiles toman es sólo lo formal de esa situación y lo estereotipan más aun: SOMOS eso que diríamos en situaciones no comunicativas altamente convencionalizadas. Ya, dicho así, se pone tremendo, no?
Por otro lado, cuando vos reflexionás acerca de la posibilidad de quedar semipresente en los otros a través de estas vías de expresión, o de esta en particular, y lo de las cartas, me hiciste repensar lo que decía antes: sí, está bien, el cuerpo del otro no está. Pero el uso de la palabra implica presencia del otro. Nadie habla ni escribe igual que nadie. Se ve al otro –o se lo entrevé- en la forma de decir. No es lo mismo, claro. Pero la palabra tiene un tremendo poder. La analogía no es ridícula, por lo menos para mí -yo escribo mails, y ahora estas cosas, como antes escribía cartas-.
También en lo que sigue en tu comentario vengo pensando en todos estos días: puede parecer todo muy nuevo, todo muy radicalmente diferente, pero no: es el punto extremo de prácticas preexistentes, concuerdo. Salvo que, cuando se llega a un punto extremo, se salta de lo cuantitativo a lo cualitativo, así que a lo mejor estamos al borde de…¿qué?
Después, cuando hablás de "cuerpos intermediarios", me saltó la térmica: quizás estamos al borde de eso, justamente: los cuerpos, antes centro, punto cero de todas nuestras percepciones y organización del mundo, ahora son intermediarios, pero ¿entre qué y qué? Otra vez, la sensación es la de flotar o nadar en la liquidez. Por eso, junto con el concepto de semisujeto, me parece que estaría bueno el concepto de pseudosujeto flotante. Yo ni siquiera tengo contador de visitas al blog, pero entré a "mi perfil" (ya me está dando asco tanta decisión terminológica tomada por otros y automatizada) y vi que 96 personas (en menos de una semana, creo) vieron "mi perfil". Claro, la primera reacción es la que aporta el narcisismo: qué grosso soy! Pero, primero, que hayan entrado no quiere decir que yo les haya gustado; y sin embargo, lo di por sentado en un primer instante. Y después, inmediatamente, otra vez la sensación de soledad flotante: sí, me vieron como se ve a alguien por la calle, o menos que eso. Pero son 96! Y tengo cinco o seis comentarios! Es como estar en un adictivo mar de presencias latentes, leves, multitudinarias y, lo peor, ¡inofensivas! Mi cuerpo está a salvo detrás de la red, tanto de lo malo como de lo bueno que de otro pudiere venir: ¿eso era lo que yo quería? ¿Y es por esto que, cuanto más global se hace la red, menos reacción política tenemos? Recién vi el último post de Carolina y estaba por poner: "bueno, basta: hagamos algo. ¿qué hacemos?" Me arrepentí. Me diluí. Me fui. Cliqueé.
Me alegra (líquidamente) a mí también saber que hay alguien que se cuestiona estas cosas, que también responde, y que no naturaliza todo esto inmediatamente.
che loco cada coment es un post...mi dió...que flash...
a mi red me remite a king krimson (uno de sus albuemes faritos míos...)
escuchando judas priest- lochness\JUDAS PRIEST\ANGEL OF RETRIBUTION
iluso careta grosso! Red es también uno de albumes preferidos de Crimson, junto con Lark's tonge... Y bueno, sí, ya sé que la extensión no es típica de los blogs, pero de eso también hablábamos con La Luna. Justo somos dos personas a las que nos gusta explayarnos (que no es lo mismo que exiliarnos de toda playa, pero dadas las circunstancias socioeconómicas, me parece que sí es lo mismo).
Yo tengo una idea. Que en realidad no es mía, pero me la apropie. Sí se puede hacer algo. Esta misma palabra abre, a su vez, una tercera significación: la red de contención. Eso debemos ser nosotros, OTROS, para aquellos que NO PUEDEN ENREDARSE, no solo en lo virtual, si no, en muchos otros lugares, de los cuales fueron excluidos.
Cuando leí lo que estabas por desarrollar, lo primero que me vino a la mente, es eso. Ser nosotros el instrumento para enredarnos, en lo real, entre sí. Redes de contención, que nos hagan contingentes, y contenidos.
Abrazo de Red.
caro
Perdón que me meta...
Pero quería acotar un pequeño comentario pseudo-atrológico.
Mi amiga Tony escribe en su blog: somos una red entrelazada de personas.
Lo que en el mundo en que vivimos se ha materializado bajo la forma de internet y derivados.
Pero también tiene que ver con esto, con las conexiones, intuiciones, relaciones, que suceden más allá del cuerpo físico, en el plano de la mente universal (si existe tal cosa)
Igual tb leí a Bauman y me fulminó.
Besos,
Sí, Caro, parece que, como dice Jules, hay conexiones, intuiciones que van más allá del cuerpo físico. En realidad, mi comentario al de Luna se hacía muy largo, pero el total de lo que pensaba poner en tu post y no puse era: "tenemos que hacer algo, pero ¿qué? No lo sé. Por favor: ¿a alguien se le ocurre algo concreto?" Yo discutí fieramente con un amigo de toda la vida que, hace días, se puso a defender la política de guerra de Israel. No soy, le decía, de los que piensan que toda guerra es injusta. Dicho así es abstracto; en cuanto lo bajás a lo concreto, se pincha: todo pueblo oprimido tiene derecho a defenderse como pueda, y aunque la violencia no sea la mejor opción, no se puede negar ese derecho; toda persona que está siendo abusada o violada tiene derecho, si encuentra con qué ensartar al violador, de hacerlo, etc. Yo le decía a mi amigo que esto de Palestina es una cadena de venganzas: todo israelí tiene un familar muerto por un árabe, y viceversa; y no se puede negar el derecho a la venganza, que es anterior a todo derecho, pero si le das rosca, terminás aniquilando un pueblo entero. No way. Tienen que compartir el territorio, porque tienen igual derecho, esa es mi idea. Pero ¿cómo actuar? Cómo actuaría, para vos, una red de contención virtual para gente que no solo no tiene compu sino que le volaron la casa? Lo pregunto en serio, no es ironía. Lo pregunto desde la impotencia.
A riesgo de quedar como una falsa (y muy atrevida) vocera de Bauman, me tienta mencionar algo que leí en Amor líquido y me dejó pensando muchísimo.
Este respetable señor dice que, en la magnitud de esta red, y desde que existe la televisión, las personas tienen contacto con realidades extremadamente lejanas, en tiempo real. Estamos todo el tiempo conectados y ‘sabiendo’ lo que pasa en casi cualquier lugar. Incluso de esos que no tienen acceso a la red y quedan por fuera, sabemos cosas. Los problemas locales toman escala global porque una red de observadores masivos está ‘al tanto’ de todo suceso. Esa sería la explicación casi objetiva.
Pero después, está la reacción que eso provoca, y como bien decís Damian, y es lo que nos pasa a todos, lo leí de Caro y de Cecil, de muchos otros. Inevitablemente nos angustia presenciar el espectáculo de la muerte y saber que estamos lejos. Me acuerdo como si fuera hoy, el día que empezó la guerra en Irak. Estaba en la casa de un novio. Ellos cenaban con el televisor prendido (en mi casa no), comían, y miraban como empezaban los bombardeos. Estábamos, en un comedor, 8 personas a las que nos unía un vínculo, mirando una pantalla, un lugar donde muchas personas empezaban a morir. Me levanté y me fui, no lo soporté.
Vuelvo a Bauman. El sentencia, brevemente: ‘Las políticas no se diseñan para resolver problemas. Yo suelo utilizar el concepto de reconocimiento del terreno, que en el lenguaje militar se hace antes de trazar la estrategia. Sólo después los generales, en torno a un mapa, diseñan la guerra. Nosotros llevamos a cabo esta exploración del terreno cuando ya hemos entrado en batalla. Y este continuo reconocimiento del terreno no aporta soluciones, sino que produce problemas. Y lo que provoca más problemas es que no hay ninguna institución, ninguna autoridad global que pueda reflexionar sobre los problemas que van más allá de los locales. Son problemas que exceden los límites del Estado. Necesitamos un sistema jurídico global. Lo que no puede ser es que las instituciones locales aporten soluciones globales: se quedan cortas.’
O sea, no existen soluciones locales a un problema global. A veces quisiera no creerle, otras veces estoy de acuerdo.
La angustia y la impotencia del observador, pocas veces pueden transformar la realidad. En el punto de la solución solo el ‘alcance de la mano’ cambia las cosas. Nuestras palabras pueden contribuir a generar consciencia, a mover en algo las ideas hacia el cambio, pero en la ejecución de las cosas, todavía, no existe nada que reemplace a la mano.
Entre lo que decíamos al principio y ahora, sobre esta guerra, la idea de presencia física va y viene. En el primer caso puede ser innecesaria, porque se produce una ‘conexión’ al nivel que sea, entre dos personas que no se ven. Es singnificativo para quienes lo viven, puede incluso transformar esas vidas de alguna manera. Pero cuando ese cuerpo que no está, demanda una solución, la no-presencia es el primer argumento para decir: no sé que hacer, o no puedo hacer nada. No estamos ahí, podemos ser críticos, observar, aprender, comunicar, elegir entre consumir una y otra…cantidad de palabras. Pero al final, cuando algo tiene que hacerse, solamente los cuerpos presentes pueden obrar. Eso, o como dice Bauman, encaminarnos a la búsqueda de una política global que SI pueda hacerse cargo de la magnitud de estos problemas. (problemas es un eufemismo, la guerra no es un problema, es un negocio). En fin…diría más…pero esto es casi una hoja entera de Word.
Te dejo una entrevista a Bauman donde menciona mucho de lo que trata en Amor Líquido:
latinamerica.dpi.org/2BAUMANZ-ENTREVISTAYanohaylugares_000.doc
Y una cosa mas…sin ofender…
Hablás de ‘derecho a la venganza’. A mi me suena medio raro. ¿No será derecho a la justicia?
Luna, empiezo de atrás y voy subiendo porque todo se hila (eso espero): los dos derechos, pienso, existen, salvo que el derecho a la venganza justamente es anterior a un pacto de convivencia, que cede el poder por consenso a una autoridad que pueda impartir justicia imparcialmente, pero con más poder coercitivo que todas las partes. Y acá está todo el problema, para mí. Por eso rompo tanto con Los Desposeídos. Ahí, ella plantea un mundo donde se intenta vivir sin ley. La líder del movimiento decía: donde hay ley, hay injusticia. O sea, Ursula Le Guin invierte los términos: como la ley, para aplicarse, necesita de una fuerza represiva, no es justicia. Por eso puse utopiquísimamente en el blog de Caro: No more power in few hands. Mientras cedamos el poder a otros, hay fractura y va a haber corrupción y masacres. El ideal del liberalismo de una justicia imparcial siempre fue un bleuff. Pero, sinceramnete, no sé cómo se llega a esa horizontalización total del poder. Sólo sé que el poder, así como lo hemos conocido históricamente, da violencia, injusticia, corrupción y abandono de las personas.
Luna, perdón. Releído todo horas después, me doy cuenta de que tiré mucha teoría, pero no contesté a lo esencial de tu comentario: sí. Cuando la necesidad del otro es real y urgente es cuando sólo la mano que puede darse tiene que estar ahí, y ser de carne y hueso. Acá es donde, parece, la red se corta. ¿Qué hacemos? Yo puedo irme a Palestina. Pero mis viejos están muy enfermos y no cuentan más que conmigo; ¿quién los va a cuidar? No sé, pero igual podría irme. En "El existencialismo es un humanismo", Sartre plantea el mismo problema: un alumno de él viene y le pide consejo: "quiero enlistarme en la guerra (la 2ª) porque quiero servir a mi patria, pero mi madre sufre del corazón y, si lo hago, ella moriría seguramente". Sartre le dice: "la moral kantiana no le sirve para nada. Las dos actitudes son universalizables, pero se contradicen: si hace una cosa, deja de hacer la otra". El alumno: "y entonces?" Sartre: "invente".
O sea, no busque LA actitud correcta: constrúyala. Usted no es sino existencia pura, indeterminada. Entonces, todo lo que haga o deje de hacer será lo va a ir determinándolo.
Macanudo. Pero ¿entonces? Seguimos "aportando" sólo palabras, como decís. Y a mí me angustia cada vez más.
NO, no, la red de contención, es imposible que se articule virtualmente. Digo, yo lo que hice fue, siguiendo la temática de tu post, agregar a las dos concepciones de Red, una tercera. Y es que, la red, tambien actúa como red de contención, para todo lo que queda por fuera de algo. Digo, viendolo así, se puede pensar o que encierra y atrapa o que ataja aquello expulsado por EL TODO. Me explico?. Pero no estoy haciendo alusión a algo puntual, cómo una guerra!, por Dios. Mucho menos a una red de contención virtual. No obstante hay lineas de ayuda al suicida que, por ejemplo, si bien no evitan TODOS los suicidios, puede evitar UNO, entoces cumplen su fución.
Me refiero a que uno, desde su lugar, puede funcionar perfectamente como red de contención de un OTRO, real y palpable. No ir a lo altruista sino, a lo particular y cercano.
Besote
Caro, ahora entiendo tu aclaración: este post se llenó de tanta palabra como angustia, creo, nos provoca el tema. Yo te había entendido mal, perdón. Entonces, todos -digo, los que intevinimos acá- pensamos lo mismo: la ayuda real es real y palpable, o no es. Y claro, es particular, cercana, no universal y abstracta.
Un abrazo.
ehm, a ver... ¿qué se puede decir después de los comentarios que leí arriba?
Pongamos una situación: Un sujeto al que llamaremos "Pandemia", decide abrir un blog ¿por qué lo hace? porque después de leer muchos blogs interesantes cree que quizás él también puede publicar sus opiniones.
Pero se está engañando. En realidad él tiene una necesidad de relaciones sociales, físicas o virtuales, y desesperadamente busca los medios.
Los medios virtuales suelen ser muy fáciles, más instantáneos, seguros, anónimos... aunque más fríos.
Pandemia contacta a algunas personas y se relaciona a través de un monitor. Él cubre al menos un porcentaje de esa necesidad social.
Entonces empiezan a formarse estas redes, y Pandemia conoce a La Luna (y no hablamos del satélite, sino de la chica que -en un rapto de intrepidancia feroz- destripa pc's).
Luna le recomienda leer a Bauman. Entonces él lee "vida líquida", "vida de consumo", y está a punto de leer "amor líquido". (La lectura permite que él no sea un total adicto a la computadora.)
Leyendo a Bauman, Pandemia termina de asumir que su blog no fue creado para que otro lea sus opiniones, sino que fue creado, en un acto de egocentrismo, para venderse a sí mismo, para mostrar lo que no puede mostrar personalmente, y para que alguien, de alguna manera, lo reconozca.
Por otro lado hay un desconocido, que también escribe un blog, y al que llamaremos "Damián". No conozco su forma de pensar y de hacer, por lo tanto, tengo que descifrarlo a través de sus textos.
Los textos me hablan de él, y yo los interpreto según mis percepciones, que bien podrían ser erradas, certeras o aproximadas.
Pandemia lee a la chica con nombre de satélite y también lo hace Damián.
Pandemia está a un click de distancia de ser el tipo que pasa por la calle justo en el momento en que Damián grita.
Decide contestar su grito, porque de alguna manera se identifica, entonces pega sus textos en Word (porque le molesta el fondo gris para leer muchas letras negras), y le dice que ¡Ursula K. Le Guin es lo más! y le dice que ésto significa para él lo que llaman RED.
Pandemia: ya te comenté en parte con lo que puse en el "post" de hoy -que no es un post. Me siento a la vez comprendido y escrachado por tus palabras. Yo me venía haciendo el canchero con todo lo que vengo poniendo, en la pretensión ilusa de ser capaz de exhibir lo que en realidad hacemos blogueando y, "curiosamente", se me escapó lo que señalás: que uno está desesperado por venderse (aunque eso no es lo mismo que desear ser conocido y reconocido, pero el capitalismo hace que sí lo sea). En realidad, no sé si lo dije ya por ahí, pero no lo tenía asumido posta. Tenés toda la razón.
Y, sí, estamos creo que todos, a un click de distancia de un otro que grita. El problema es, como concluimos con la chica con nombre de satélite, que ese click es tan leve como abismal. Pero, parece, ¡el grito se escucha! Te confieso que mi perplejidad en torno a todo esto no cede, por ahora. Esa perplejidad-en-estado-de-comunicación es lo que para mí está significando la RED.
¿Qué estará pensando Ursula sobre la socialización parcial y seguramente momentánea que implica la red? ¿Tendrá algo que ver con Anarres? Lo dudo.
P.D.: perdón por el fondo gris. Se debe a razones económicas y oculares: sigo usando un monitor CRT, sigo esperando que los LCD bajen de precio y sigue aumentando mi presbicia, por lo cual tomé la decisión momentánea de poner todo en gris, como para frenar un poco los putos rayos catódicos. Ya vendrán tiempos mejores.
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