lunes, 19 de enero de 2009

Yo duelo

Duelo es duelo. Es meterse en el culo todo lo que podía ser y ya no va a poder ser. Es resignarse a no poder ya decir lo que se pudo decir. Es también rebelarse contra la impotencia que producen, o más bien revelan, la muerte o el abandono.
Es incluso alegrase por poder, ahora sí, ahora que el otro no puede modificar nada más porque no tiene una vida (ya sea porque no la tiene o porque nos hemos quedado afuera de esa vida), clasificar prolijamente todo, etiquetarlo y meterlo en sendas cajitas; es matar, en fin. Duelo es agregar a la muerte asesinato: no puedo dar ni retener vida; algo tengo que hacer para lidiar con eso: mato. Mato lo muerto, lo mato –lo muero- dos veces.
Duelo es también euforia ante el fin de la –de una al menos- incertidumbre.
Duelo es ver la propia muerte como posible -por eso se le tiene un poco de bronca al muerto, o al que no está ni va a estar más.
Duelo es culpa por seguir vivo y pregunta transitoriamente trascendental: para qué. Cómo voy a aprovechar la vida de modo que haga una diferencia frente a esto. Duelo es responsabilidad de continuidad de la vida del que no está más –responsabilidad inasumible, porque son sus deseos los que se me encarnan (también transitoriamente?).
Duelo es volver a casa y mirarla como si no fuera tuya, para descubrir que, aun estando todo en su lugar, ahora hay un permanente agujero por ahí. En tu propia casa. Pero duelo es también limpiar la casa: hay alguien que no la va a visitar más, cosa que siempre está pasando pero la muerte o el final de algo agregan una certeza de hierro.
Duelo es vida vista en crudo: como tal; es reconocimiento de absoluta contingencia de todo.
Y por todo esto, y a pesar de todo esto, duelo es cambio, transformación. Al final, secretamente agradecemos a los muertos, o a aquello que sabemos que positivamente terminó, por la sacudida.
Y, ya que lo lingüístico venía quedando afuera: duelo es un sustantivo, sí; pero conserva todo el carácter procesual del verbo doler. Ahora bien, doler es un verbo que siempre remite a un sujeto gramatical externo: Algo o alguien me duele a mí. No podemos decir yo duelo, tú dueles, etc. Doler forma parte de estructuras lingüísticas que ponen el énfasis en la pasividad de la experiencia del sujeto psicológico frente al agente o sujeto semántico-gramatical, el que causa el dolor. El doler es un proceso en el cual el agente es externo: el proceso que se sufre tiene su destinador fuera de quien lo experimenta, el destinatario. Pero cuando se sustantiva el verbo, lo cual no es sino condensar un evento como cosa, y decimos el duelo, curiosamente el sufijo derivativo –o es igual a la flexión de 1ª persona: yo duel-o. Puede que sea excesivo exprimir tanto la gramática, pero parece entonces que hacer el duelo es redestinar esa causa externa del dolor hacia dentro; hacer, del destinatario, destinador.

7 comentarios:

Sweet carolain dijo...

Puf!, bueno, podría decir que los psicologos usamos, tal vez mal, el verbo duelar.
Yo duelo, tu duelas, el duela...

Y que la existencia de un objeto previo a uno, en tanto sujeto, es lo que nos impulsa ineternum a seguir.
Diría lacan el Objeto A, está detrás del S, (barrado), y lo comanda desde su deseo, es decir: desde su desaparición, constituyendolo como sujeto de deseo.

Bueno es complejo, lo se, y ademas es teoria me dirás, mi amigo Damian, pero no puedo pensar en otra cosa que no sea eso, o en Duelo y melancolía, (que generosamente le regale a Cecil, y seguro no leyó aun ¬¬,:P ).

Pero sí, esos duelos son necesarios para caer, y darse cuenta de que necesitamos de otros, y que no somos eternos, que estamos atravezados por muchas incapacidades, y la no trascencia puede ser una de ellas.

besos.

damian dijo...

Caro, amiga: Notable tu aporte!!! Pero entonces, Chomsky le estuvo afanando a Lacan! En serio, la gramática generativa tiene una teoría, llamada de X con barra, mediante la cual pretenden armar una gramática de comandos de unos elementos por otros. Los sintagmas se definen por tener un núcleo; los núcleos se proyectan dos veces, y de cada proyección salen sus complementos, los más cercanos primero, y los más lejanos después. Peeeeeero… Chomsky dice ser racionalista y cartesiano, o sea, no cree en lo inconsciente. En fin. La academia, así como da, quita.

Aclaración: esto no está escrito para nadie en particular, ni porque me haya pasado nada puntual. O sea, sí, me pasaron un montón de cosas, pero lo que quise hacer es reunir diferentes experiencias de duelo, mías y de otros, y de distinto calibre (todos sabemos que no es lo mismo que alguien se muera a que se termine una relación que tenemos con alguien), y tratar de encontrar qué podía sacar del puro despliegue del concepto. Iba a poner de título: "concepto de duelo", pero me pareció muy intelectualoso.
¿De quién es Duelo y melancolía? Ya el título me interesa, y si la enana incendiaria no se hace cargo de leer…yo estoy a media horita de colectivo. El conocimiento hay que socializarlo, che. Muejejeje…
Volvamos a la seriedad, y a lo último que ponés. Sí, lo que quise decir es que un duelo, si es tal, me parece, tiene que ser un proceso que dé por resultado un cambio. Si no, no es duelo: es melancolía re-clavada-ahí. Y que te levanten con grúa hidráulica…

Lucila Flores dijo...

Exelente texto Damian!

sí, duele y mucho, cerrar los labios y callar.
Duelo de las palabras sepultadas.

Dolor y mas dolor enterrando los silencios de una vida que se temina

Saludos!

Lu

La Luna dijo...

Hace un par de dias que empece a leer y busque todo tipo de ocupaciones para no terminar. Sabía que iba a ser una patada en la cara, y eso fue (patadas que se agradecen). Tengo un par de duelos pegados a los huesos y vuelven así, sin permiso, en palabras de otros, a recordarme que ahí están, pasando. (pasando suena a final, ansiosamente, y solo es trascurso, qué curioso).

No lo hubiera escrito así, y sin embargo, lo sentí como mucho más que mis palabras (un eufemismo de sentimientos, claramente).

El mismo duelo obliga a exprimir, supongo. La gramática y los recuerdos, los recuerdos de otra gramática y conjugaciones plurales. Obligan a ver desde adentro del hueco, a veces a llenar el vacío con retórica, porque las ausencias dificilmente se explican de una manera rápida y tranquilizadora. Exprimir todo eso para entender el bendito para qué y sobre todo, el cómo.
Lo voy a volver a leer. Luego. (Hay oraciones que todavía me impresionan, son muy..espejo)

Gracias por el golpecito.

damian dijo...

Ay, Luna, yo sabía desde hace días que esto era una patada, una reflexión intempestiva e inesperada en un blog nuevito que venía para otro lado. Pero ya estaba publicado, ya Carolina había puesto su voz, y luego Lucila, y cuando se arma cadena de textos, no puedo ser incoherente. O sea, si le doy bola a lo que dijimos en "No more comments", no podía borrar mi propia entrada y, con ella, los "comentarios"; era borrar la voz de los otros, o la voz de un colectivo (uno minimalista, ponele, pero algo es algo).
Digo, no es que piense otra cosa sobre el duelo, sino que no era momento para un texto de esa pesadez. No sé por qué no lo era, pero lo sentí al día siguiente. Después, ya casi esperaba que no hubiera más entradas de otros. Lo había escrito hacía un mes, lo quería decir, y lo puse sin consideración de contexto.
Y encima tu entrada de ayer, en cierto modo, resignifica hasta el título. Me confirma que "Yo duelo" no es sólo un juego de palabras referido a la última parte del post, sino que yo, damián, el que suscribe, está haciendo doler con cosas que escribe.
Mis disculpas y, si lo releés e igual te cabe sumar tu voz, menos fuera de contexto va quedando mi texto.

el_iluso_careta dijo...

buen post también che...
me gusta tu estilo de descripción de las cosas

damian dijo...

Gracias, Iluso. Cuando se le pase la calentura al tanito, capaz que Damián puede hilar algún otro post así, vamo a hacer lo que se pueda.